Inocencia arrebatada

FUNDACIÓN MAQUILISHUATL

Contacto: 2284-1266

Resumen: El Salvador, el país más pequeño de la región centroamericana,  que ha vivido una guerra civil, durante más de 10 años, eventos socio naturales como terremotos, tormentas tropicales, la pandemia del COVID 19 y los fenómenos sociales que  actualmente  son más frecuentes como el desempleo, la violencia social y, particularmente, la violencia hacia la niñez y adolescencia, siendo este último uno de los más grave, pues tiene un impacto en la vida de los niños y las niñas, que son quienes estarán en el futuro en la economía, la política, la academia o  sectores informales y algunos marginados de este país; según los últimos datos de MINSAL, hay cifras alarmantes de niñas violadas embarazadas y  ocho muertas a causa del embarazo, debemos preguntarnos seriamente: ¿cuál es el futuro que queremos para nuestra sociedad, y si estamos haciendo lo necesario para proteger a la niñez?

La  Fundación Maquilishuatl hace un llamado de alerta, ante la crítica situación que vive la niñez en el país;  pese a que existen mecanismos legales de denuncia, leyes, instituciones que deberían velar por los derechos de los niños y niñas, persiste un clima de impunidad y hasta de naturalización de la violencia hacia la niñez; a menudo  nos encontramos con expresiones misóginas que cuestionan la vestimenta, la conducta de una niña abusada o violada,  sin embargo  ese mismo cuestionamiento no es aplicado con el mismo rigor al agresor, muy similar situación viven los niños  que  sufren abusos, sobre los cuales, para el caso, muchas personas prefieren callar para evitar los prejuicios sobre el menor. Ambas situaciones derivan, en la mayoría de casos, a que los agresores se queden en la impunidad; el llamado de alerta pretende levantar voces protectoras en las mujeres, individuos, familias y comunidades, a fin de retomar la problemática desde una perspectiva intersectorial y multidimensional y con enfoque basado en derechos.

Debemos llamar la atención de la sociedad salvadoreña, sobre qué estamos haciendo por la protección de la niñez y, particularmente de las niñas, pues los datos presentados por una nota publicada en el Salvador.com muestran que solo en el 2020, ocho niñas murieron por complicaciones en el embarazo y el parto, una niña de 14 años, tres de 16 a 18 años y cuatro fueron jóvenes de 19 años. Según el informe médico que se presenta en la nota antes mencionada, se señala que la disminución de los servicios de salud y consulta médica en los establecimientos puede tener una fuerte incidencia en los controles de embarazo y, obviamente, en la identificación de las señales de peligro durante el embarazo, se confirma nuevamente que desmontar el sistema del primer nivel, para atender una pandemia de las dimensiones del covid19 es una decisión que no benefició para nada a los más vulnerables y que sus derechos fueron vulnerados por las instancias del Estado responsables de protegerles.

Es necesario que el Estado retome en serio una de las funciones esenciales de la Salud Pública: la Promoción de la Salud y potenciar sus cinco pilares de acción: Educación para la salud, organización comunitaria, participación social en salud, políticas públicas saludables y trabajar para la existencia de entornos (sociales, ambientales y económicos) saludables. Si el MINSAL retomara dicha función esencial, estaría generando escenarios que cambien el entorno de las niñas y la ciudanía en general.

Esta función esencial nos debe llevar a reflexionar qué hubiese sucedido si durante la pandemia lo hubieran puesto en práctica, probablemente la razón de mortalidad materna no sería de 35, los embarazos en niñas no serían los mismos y la misma población tendría más claridad de su responsabilidad en problema de salud en el país, esto considerando que en  2018 la mortalidad era de 28.6;  partiendo de esta situación,  la sociedad estaría más enfocada en proteger y acompañar a los niños y niñas y no en juzgarlos y acusarlos como si son los únicos responsables de su situación. No tendríamos leyes como la ley cariño que, pese a ser buena en forma general, no deja de ser una ley que no se acerca a la realidad que muchas mujeres y niñas viven en la actualidad. Según el Foro Nacional de Salud con esta ley es fácil decir que se va a tener una ley, pero el sistema falla en aspectos fundamentales como la prevención del embarazo en adolescencia, en los controles prenatales al parto, no digamos la preconcepción o después del parto.

Si retomamos la nota de FOCOS, el registro de 6,938 embarazos en niñas y adolescentes, de los cuales 281 niñas de 10 a 14 años fueron violadas y gestantes, la pregunta obligada es: ¿dónde está el ISNA ante este flagelo en la niñez salvadoreña?, el mismo informe detalla que un promedio de 38 niñas o adolescentes fueron registradas en atención materna, durante el primer semestre del 2021.

Por tanto, el llamado es urgente al Estado a retomar políticas de protección a la niñez, a la sociedad que debe estar vigilantes de la seguridad de los niños y niñas, a las diferentes autónomas a sumarse a un esfuerzo por contribuir a la “prevención de la violencia sexual en niños y niñas”.

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Es una organización no Gubernamental sin fines de lucro, creada en El Salvador en noviembre de 1985, por ciudadanas y ciudadanos comprometidos con el desarrollo humano y el desarrollo local.

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